Cultura del vino

La villa sita en los lindes del antiguo reino de Navarra nació como bastión de defensa del reino y guarda una estrecha relación con el euskera y sus tradiciones(danza, escultura en piedra, pelota vasca, gastronomía, deportes rurales etc..
Villabuena fué en tiempos no muy lejanos paso obligado para los viajantes vascos que comerciaban fuera de los limites de su región, y que compraban vino de la zona que siempre fué muy apreciado.

LA GEOGRAFíA DEL VINO DE RIOJA

La vid aparece al final de la Edad Media extendida por todos los rincones de Europa y de España. En una sociedad enormemente fragmentada y en buena medida autárquica, es necesario que los centros productores estén muy próximos a los consumidores y así satisfacer sus necesidades alcohólicas y religiosas, estas últimas vinculadas al rito de la celebración eucarística». Conviene recordar que la vid conquistó tierras de la mano de monasterios y clérigos y sólo se detuvo donde la altitud o el clima le impidió prosperar. La abundante variedad de vides que existían permitió que este arbusto se adaptase a multitud de suelos, incluso a los más pobres, lo que ofreció al agricultor variedad en sus cultivos a la par que, al tener un ciclo vegetativo diferente al de los cereales, ocupaba a los hombres en los meses de menor o nula actividad.

Siglo XV

A partir de finales del siglo XV la vid, muy dispersa por toda Europa, tendió a concentrarse en algunas regiones con mejores aptitudes edafológicas, climáticas y bien comunicadas y aún lo fue haciendo más según cambiaron los hábitos de consumo en occidente al tiempo que muchas de las zonas vinícolas del Mediterráneo oriental pasaban a control turco? Una de esas regiones favorecidas por el avance del viñedo fue el área de La Rioja. Esta tierra situada en la cuenca alta del Ebro, y especialmente apta para el cultivo de la vid, se extendía durante la Edad Moderna por la Corona de Castilla, el Reino de Navarra y las Provincias Vascongadas, llenando de cepas los campos de Burgos, Soria, Álava y Navarra.

Es casi seguro que fue en tiempos de los Reyes Católicos cuando la extensión de la viña en el valle alto del Ebro alcanzó sus máximos históricos como consecuencia del notable crecimiento que se venía experimentando desde finales siglo XV y como estaba sucediendo en otras regiones de la Península, como el centro de Castillas. En este tiempo, que probablemente se prolongó por las primeras décadas del siglo XVI, muchos municipios que anteriormente no se habían dedicado a la viticultura, y que no lo harán en un futuro próximo, plantaron vides en sus campos. A partir de entonces la constante demanda de vinos provocará una reorganización del espacio productor, la delimitación, en un proceso de concentración, del territorio del Rioja y la especialización de determinadas villas hacia la vitivinicultura.

Siglo XVII

Llegado el siglo XVII las producciones del Rioja sufrieron oscilaciones brutales. En las primeras décadas del seiscientos los años excelentes eran seguidos de los más aciagos pero precisamente fue entonces, superadas las primeras décadas, cuando se consolidó el Rioja y toda la región tomó al vino como la más importante, y en muchos casos la única, fuente de riqueza en torno a la que giraron todas las iniciativas políticas y económicas.

Las inmejorables expectativas económicas que ofreció el vino a partir de la década de los años treinta del siglo XVII dieron lugar a que la definitiva especialización, yen muchas villas monocultivo, del Rioja quedase consolidada ya definitivamente. De igual forma las villas situadas en el rombo Logroño, Nájera, Haro y Laguardia se convertirán ya para siempre, si no lo habían hecho antes, en la bodega del Rioja.

Siglo XVIII

Durante el siglo XVIII la producción y la rentabilidad del vino fue en aumento, de forma sostenida en la primera mitad del siglo, contundentemente en la segunda, por ello no nos cabe duda de que durante el setecientos se obtuvo el máximo provecho a la vid.

Una vez controladas las estructuras políticas y puestas al servicio de los viticultores, dominado por el Rioja el mercado de consumo en la cornisa cantábrica, organizado el terrazgo en provecho de la viña, articuladas en perfecto engranaje los medios de producción locales (prensas, jornaleros, regulación de las ventas …), no quedaba otra cosa que obtener el máximo beneficio del vino.

ACTUALIDAD

En el siglo XVII se amplió sin igual el mercado hacia el norte: Álava, con Vitoria al frente, es un centro consumidor por excelencia del Rioja, pero ahora los caldos riojanos también copan el mercado de las tierras del interior de Guipúzcoa, Vizcaya y el norte de Burgos, y con ellos buena parte de la cornisa Cantábrica, con mayor intensidad desde el río Deva en Guipúzcoa hasta San Vicente de la Barquera en Cantabria» El Rioja está presente en los más importantes puertos exportadores de mercancías del norte de la Península Ibérica (Santoña, Bilbao, Santander) y, con ello, es natural que algunos caldos del Rioja viajen hacia Francia, Flandes o Inglaterra.

No sólo el Rioja se impone en el norte, ahora es consumido en la provincia de Burgos e incluso llega hasta la provincia de Palencia, antigua productora de caldos.